¿Qué sucede cuando no lidiamos con la raíz del problema?
¡Saúl no lidió con la raíz de su problema! Él quiso lidiar con las consecuencias de la raíz, pero eso no resolvió nada. Intentó amar a David y le prometió varias veces que no lo mataría, pero no lo consiguió.
Todo porque la raíz estaba mal. La única oportunidad que tenía era reconocer la raíz de su problema y lidiar con ella.
Cuando nosotros lidiamos con la raíz, sabemos lo que tenemos que cambiar y contra qué tenemos que luchar. Entonces dejamos de culpar a otras personas, a nuestro pasado y a las circunstancias a nuestro alrededor. Muchas de nosotras hemos vivido ese problema. Cristianas que están débiles espiritualmente, viviendo en un ciclo de problemas, un día arriba, otro día abajo. Un año bien y el otro año mal. Viven culpando todo y a todos y nunca resuelven el problema que está dentro de ellas.
Por Cristiane Cardoso
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