«¿Qué pasa si guardo mis emociones?»
Llega un momento en la vida de todas las personas que, por las circunstancias que se estén viviendo, no se sabe cómo lidiar con las presiones y las demandas del trabajo, estudios, familia, amigos, cuentas por pagar, etcétera. Todos estos actúan como estímulos que activan las emociones que se encargan de mandar señales a todo el cuerpo y la mente.
Sentimientos como el miedo, placer, furia, tristeza, alegría, incertidumbre, entre otros, forman parte de toda la vida del ser humano. Sobre este tema, en un reciente estudio de la Universidad de Texas se explica lo siguiente: «Evitar las emociones, en realidad hace que se fortalezcan, aumentando con ello los niveles de agresividad. Esto puede generar muchas enfermedades en el cuerpo y en la mente, causando una gran cantidad de problemas de salud».
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Por su parte, la experta en el tema, la psicóloga María Súnico, menciona lo siguiente: «Puede suceder que dichas emociones persistan, que empeoren -es decir, que tengan más intensidad, frecuencia o duración-, o que empecemos a manifestar conductas desadaptativas para intentar neutralizarlas. Estos comportamientos pueden ir desde la rumia (darle vueltas una y otra vez a lo mismo) hasta estrategias de evitación (alcohol, drogas, medicación…)».
Saber reaccionar a las emociones y tomar un tiempo para procesarlas puede, en ciertas instancias, proteger al cuerpo de los peligros tanto físicos como mentales, mientras que suprimir las emociones negativas como en el caso del enfado, tristeza o frustración puede traer consigo enfermedades cardiacas, trastornos inmunitarios, úlceras o problemas gastrointestinales, depresión, entre otros.
¿Ya leíste?
Es natural que, al escuchar las emociones, se genere en la persona un sentimiento de temor, pero al hacer un autoanálisis, evitas futuros problemas de salud o de vicios.
Expertos en psiquiatría indican que reconocer las emociones y el estado de ánimo en el que se encuentra una persona es el primer paso para salir adelante y buscar la asistencia profesional y espiritual. Por ello, te invitamos a que acudas a las reuniones de la Universal más cercana a tu domicilio, donde podrás aprender cómo puedes salir adelante por medio de tu fe, dejando que Dios sea quien tome el control de tu vida y te ayude a sanar tu interior.
(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.
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