Protección en todos los caminos
«No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.» (Salmos 119:113-114).
De la misma forma como los judíos colocaron sangre en la puerta de sus casas para ser libres del ángel de la muerte, así sucede cuando entregamos nuestra vida al Señor Jesús. Cuando Dios nos mira, Él ve la sangre del Señor Jesús en nosotros y nos protege de todo mal.
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