¿Por qué los alcohólicos se vuelven agresivos?

El alcoholismo es un problema que afecta a 27 millones de mexicanos, según informa la Secretaría de Salud. Una de las consecuencias del alcoholismo es estimular la agresividad en personas que antes de la adicción eran tranquilas, o bien, que ya poseían carácter agresivo.

La pregunta es, ¿por qué? Este tema ha llamado la atención de los científicos y, en su mayoría, concluyen lo siguiente: el alcohol perjudica nuestros mecanismos de autorregulación que nos permiten moderar nuestro comportamiento en contextos sociales, evitando hacer lo primero que pensemos. No obstante, después de consumir bebidas alcohólicas, estas interfieren con dicha función al grado de perder el autocontrol.

Thomas F. Denson, profesor de psicología de la Universidad del Sur de California, junto con su equipo de trabajo, demostraron esto a través de resonancias magnéticas al ver cómo disminuye la actividad de la parte frontal del cerebro.

Si bien no es sencillo tener una familia con un integrante alcohólico y agresivo, es posible cambiar la historia de aquel que una vez fue conocido como “el borracho violento”, a través del poder de la fe. No faltes, estás cordialmente invitado al Tratamiento en contra de los Vicios, la entrada es libre y gratuita.

“El alcohol me sacaba una personalidad agresiva”

“Empecé bebiendo en reuniones ocasionales, pero después se volvió una necesidad. Por 12 años fui prisionero del alcohol y aunque muchas veces me insistió mi mamá que buscara ayuda en el Tratamiento en contra de los vicios, no quería. Incluso, las pocas veces que fui, asistí borracho y con lentes oscuros.

Si bien esa adicción afectó todas las áreas de mi vida, se notaba más en mi temperamento volátil. El alcohol me volvía agresivo, sacaba lo peor de mí y las cosas se tenían que hacer a mi modo, consecuentemente me busqué problemas en el trabajo y en mi casa.

Era como si tuviera una doble personalidad, sobrio tenía un carácter fuerte, tomado era insoportable y la más afectada era mi mamá, ya que las discusiones diarias no nos dejaban llevarnos bien. ¡Mi casa era un infierno!

Gracias a Dios, decidí venir a la Universal y tomar en serio todo. El Humberto que soy actualmente no tiene nada que ver con el anterior, soy paciente, tolerante, me regeneré, ya no exploto a la primera y me alejé de los vicios.

Hasta el ambiente en mi casa cambió, la relación con mi familia es otra y mi mamá es mi mejor amiga”, Humberto González.

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