¿Por qué en el camino de la conquista las cosas no son fáciles?

¿Por qué en el camino de la conquista las cosas nunca son fáciles? El obispo Edir Macedo responde.

Como ejemplo, el obispo contó al respecto de sus propias luchas que enfrentó y enfrenta a lo largo de su vida y que, si hay una cosa que Dios nunca le dio fue la facilidad: «Yo tengo el Espíritu Santo, pero aún con Él, no hay una alfombra roja. Siempre hubo calumnias, persecuciones».

Sin embargo, destacó lo que Dios dispone para vencer nuestras batallas: «Él nos da la fe como arma, herramienta de uso personal para resolver nuestros problemas».

No obstante, la fe mencionada no es la que solo cree en las promesas de Dios, sino en la que esta impregnada de indignación. Es más, el obispo reforzó que la indignación es la señal más evidente de que una persona está realmente en la fe.

La conquista espiritual

Hay, sin embargo, una lucha en la cual debemos empeñar todas nuestras fuerzas: la fuerza por nuestra alma.

«Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?» (Mateo 16:26).

El obispo explicó que, por eso, Dios permite que enfrentemos al infierno: para alcanzar nuestra alma y valorarla. La Salvación Eterna es lo que nos impulsa a renunciar a todo y priorizar el alma.

Si no hay esa disposición, eso revela que a la persona no le importa su propia alma. No la valora como Dios, que dio a Su Único Hijo por ella. Y es por eso que algunos no son dignos de recibir la Salvación.