¿Por qué Dios se quiere casar contigo?

Cuando dos personas se eligen mutuamente y deciden casarse, es porque ambos quieren estar juntos durante toda la vida. Entonces, los dos entran en alianza de matrimonio, asumiendo así un compromiso. Y eso es lo que define el matrimonio: la certeza de querer estar al lado del otro toda la vida, dando lo mejor de sí mismo y esperando lo mismo de la otra parte.

Sin embargo, el matrimonio, en los días actuales, ha contradicho los modelos bíblicos. El obispo Renato Cardoso explicó que, actualmente, las personas idealizaron esta celebración. Valoran de más el vestido de novia, la gran fiesta, la comida y bebida, el salón, eligen lugares exóticos para la ceremonia y van despreciando el Altar. Perdiendo el enfoque de lo que realmente significa una boda.

¿Por qué las personas están empezando a huir del Altar para casarse?

El obispo resaltó que esa postura se da por saber que el Altar es cosa seria. «Cuando usted involucra a Dios como testigo de su boda, está involucrando palabra, compromiso, seriedad. No es una cosa de romance. Es empeño de su palabra; es sacrificio por esa persona para toda la vida, sin importar lo que pase y las personas no quieren casarse para siempre, «hasta que la muerte los separe»».

El reflejo de eso está en la inestabilidad de las familias. Y por ya no querer este tipo de compromiso, de empeño de la palabra, desprecian verdaderamente qué es una alianza.

Alianza con Dios

Alianza significa intercambio de palabras. Al empeñar tu palabra con alguien es tu deber hacer de todo para cumplirla. Ya que quien es de palabra no da marcha atrás. Y, por esa razón, es muy cuidadoso con lo que promete.

Así es con Dios. El obispo Renato aclaró que cuando la Biblia dice que Jesús es el novio, y la Iglesia es la novia, eso remite al pacto, al compromiso que Él quiere hacer con nosotros. Él (el Señor Jesús) quiere asumirlo, así como un marido asume a su esposa.

Cuando un hombre se casa con una mujer, él le está diciendo a ella —y a sus padres— que la cuidará y se espera que le dé, por lo menos, lo que ella recibió de los padres. Es decir, la esposa empieza a ser responsabilidad del marido.

«Fue lo que Jesús hizo con la Iglesia. Él dio Su vida para rescatar a Su esposa, Su novia, para rescatarnos. Él dio Su vida en la cruz para librarnos de la misma muerte. Y, entonces, es Su responsabilidad sobre nuestra vida», enseñó.

Como está escrito:

«Y serán para Mí especial tesoro, ha dicho el Señor de los Ejércitos, en el día en que Yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.» (Malaquías 3:17).

En otras palabras, cuando nos casamos con Dios, Él nos trata como Sus joyas. Somos guardados en el abrigo del Altísimo.

Entrega total

Boda con Dios significa todo de su vida, entrega total, compromiso, fidelidad. Estar dispuesto a hacer todo sacrificio necesario para que este matrimonio funcione. «Y con Dios, nuestro sacrificio es entregarle nuestra voluntad a Él. Usted le entrega su voluntad, ¡confiando en que la de Dios es la mejor!», destacó el obispo.

Prepárate para esta boda

«Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y Su esposa se ha preparado.» (Apocalipsis 19:7).

Así como la esposa, nos estamos preparando para el domingo 23 de agosto, el día en que se llevará a cabo la Fiesta de las Bodas del Cordero. Cuando una persona se va a casar, ella no olvida el día de la boda, y cuanto más cerca, más empeñada se muestra para este gran día. Por lo tanto, no te pierdas esta oportunidad y ya anota esta fecha en tu agenda. Puedes participar en el Templo de los Milagros, en Av. Revolución núm. 253, col. Tacubaya, a las 7 a. m., 9  a. m. ,11 a. m. y 6 p. m. Consulta en la Universal más cercana a tu domicilio