«Perdí la casa y no tenía para darle de comer a mi hija» 

El 37 % de las mujeres en México vive en condiciones de pobreza, según analizó el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Esta proporción carece de ingresos suficientes para costear bienes y servicios esenciales, y además enfrentan al menos una de las seis carencias sociales: educación, servicios de salud, seguridad social, vivienda, servicios básicos y alimentación. 

En el pasado, María Juana Aguilar Nieto enfrentó esta situación: «debido a varias situaciones que se dieron, mi esposo murió, perdí la casa en donde vivíamos y anteriormente nos habían robado 2 carros. También sufría otro tipo de tormento: no podía dormir, en las noches se me subía el muerto y despertaba golpeada». 

Por si fuera poco, ella tenía que lidiar con el asma de su hija: «se ahogaba y le faltaba el aire, tenía que nebulizarla. Después me enfermé de dermatitis atópica, nadie podía tocarme, si lo hacían, mi piel se me inflamaba mucho. Tras la muerte de mi esposo, mi hija se quería quitar la vida y yo no encontraba trabajo. Como nos quedamos prácticamente en la calle, no tenía para darle de comer a mi hija y mis padres nos brindaron un techo. Había algo que me decía: “mata a tu hija, matate tú y se acaban sus problemas”, pero nunca me atreví a hacer eso». 

«Destruida y sin ganas de vivir, así fue como llegué un domingo a la Universal. Ese día salí con esperanza. Lo que se me quedó grabado de las reuniones fue la fidelidad a Dios, empecé a poner atención a la Palabra de Dios y comencé a obedecerla. Y de ahí empezó el cambio, no fue de la noche a la mañana… Dios me empezó a dar trabajos que me dieran oportunidad de estudiar y trabajar, y ya tenía para darle de comer a mi hija. Mis ingresos empezaron a ser más grandes, compré un terreno y comencé a construir. También Dios nos sanó y nos ha dado armonía, Él cortó todos los tormentos espirituales que padecía», finalizó. 

Casos Imposibles

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(*) La Universal aclara que todos los conceptos emitidos en este sitio web, así como la programación de radio y de televisión, son cuestiones de fe, en modo alguno deben ser interpretados como elementos con atribuciones terapéuticas, sin demérito de la medicina, ni de quienes la practican. NO DEJES DE CONSULTAR A TU MÉDICO.