«Pasé por un puente y estaba decidida a matarme»

«A partir del rechazo de mi esposo empecé a sentirme sola, creí que no valía como mujer, porque no podíamos establecer una relación sana, pues las peleas entre nosotros eran algo cotidiano. Empecé a perderle el gusto a la vida, las ganas de realizar mis actividades diarias se esfumaron y solo deseaba estar sola. Me encerraba en mi habitación para alcoholizarme y fumar, esa era mi salida.

Un día discutimos tan fuerte que me corrió con mi hijo en brazos. En ese momento lo que pasó por mi mente fue un: “¿para qué estoy aquí?”. Pasé por un puente y me quise arrojar. No obstante, un camino distinto se abrió para mí al llegar al Templo de los Milagros. En este lugar fui acompañada por personas especializadas que me enseñaron a usar la fe para ponerle fin a la depresión y transformar mi vida.

A través de las diversas reuniones comprendí que sí había cura para la depresión. Conforme me relacioné con Dios mis heridas internas fueron sanando, hasta que llegó el momento en el que la tristeza ya no era parte de mi vida. Y no solo eso, en mi matrimonio también hubo bendición, porque mi esposo y yo resolvimos nuestros conflictos y ambos cambiamos en favor de nuestra familia. Ahora somos una pareja feliz que se ama y respeta.» -Laura Monterrubio