¿Para ti la fe es una prioridad o es opcional?

El mundo vive de tendencias que vienen y van, e infelizmente la moda también involucra temas como la fe. Hoy muchas personas afirman ser evangélicas, pero en la practica no siguen las enseñanzas que Dios dejo en Su Palabra. Algunas hasta dejaron de ir a la iglesia, pero todavía les gusta la música de alabanza y los mensajes de motivación: son las que se autodenominan evangélicas no practicantes.

A pesar de ser oída cada vez con más frecuencia, esa categoría no existe: o la persona es cristiana o no lo es. El término medio es pura ilusión, quizás por falta de entendimiento de lo que es realmente el cristianismo. Más que una moda o una corriente del pensamiento, esa fe presupone la práctica de las enseñanzas divinas, pues el verdadero cristiano sabe y entiende que su vida debe ser dirigida por la Palabra de Dios y que su fe solo debe estar en el Señor Jesús.

Sin embargo, muchos, al buscar facilidades y el cariño de los demás, renuncian a los valores esenciales del Creador. Lo que el mundo quiere es un cristiano que no practica la Palabra, que tiene una fe salada. Él hasta asiste a la iglesia, pero habla así: «Dios entiende que tengo mis necesidades, que necesito tener una vida normal». Este tipo de cristiano que quiere agradar al mundo, prioriza la modernidad, busca adaptar los versículos bíblicos y no mide esfuerzos para tener la admiración de los demás, aunque sus reacciones sean contrarias a lo que predica el cristianismo, pues su fe es teórica. Ella es igual a otras, lo único que la hace diferente es que tiene una religión, pero hace lo mismo que los demás, habla lo mismo que las otras hablan, ella no incomoda a nadie.

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Luz que disipa las tinieblas

Incomodar es casi sinónimo de ser cristiano, al final, él vive la Verdad. Y, mientras el mundo defiende la «libertad», la persona que profesa la fe en el Señor Jesús niega sus voluntades para agradar a Dios, la base de esa fe es el sacrificio. La fe es el centro de su vida. Solo con eso ya se ve la diferencia en el semblante y comportamiento de aquellos que creen y de aquellos que dicen que creen, pero no practican la Palabra.

Las personas se sienten incómodas con un cristiano de verdad porque se sienten juzgadas, ya que el cristiano no dice groserías y no comparte los mismos gustos. La persona que está en las tinieblas se siente expuesta, como si hubiera un reflector que estuviera destacando sus pecados. Entonces, él irrita a quien está a su alrededor, a pesar de ser inteligente, extrovertido, interesante y hasta moderno, aquel que es hijo de Dios es odiado, al final, él es llevado por su nueva naturaleza a tomar decisiones que son contrarias al mundo.

Una persona cristiana no logra estar con quien no es de Dios, no porque se considera mejor que los demás, sino por su fe. La persona no logra estar platicando con una persona que dice groserías y no por una cuestión de educación, sino por el Espíritu Santo, porque eso ofende al Espíritu que está en ella.

Pensando en esto, es importante que cada uno haga una evaluación y se cuestione los caminos en los que ha andado, las personas con las que ha platicado y lo que se ha dicho y hecho. A diferencia de lo que otros piensan, ser de Dios no es ser santito o perfecto, sino ser la propia diferencia.

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