Para muchos, Él ha sido la Última y Efectiva Puerta

En el Centro Ayuda Universal, gran cantidad de personas han contado su historia de éxito. Algunas de ellas, afirman haber llegado con dificultades económicas, problemas de salud, conflictos en casa, falta de paz debido a los tormentos espirituales, pero pese a que buscaron ayuda en varios lados, no la encontraron.

El panorama parecía desolador. Sin embargo, una luz brilló a partir del momento que supieron que Dios está Vivo y dispuesto a bendecirlas, ¡fue como si una venda se hubiera caído de sus ojos! Por medio de una invitación personal o del programa de televisión, algunos llegaron a la Universal cuando ya no tenían esperanzas, pero justamente en ese momento donde Él se hizo presente.

Dios no se ha olvidado de ti y está dispuesto a brindarte Su ayuda, pero desea que tengas la confianza de acercarte y contarle todo lo que te agobia sin sentirte juzgado o señalado. Como Padre, quiere lo mejor para ti y tiene la capacidad de suplir todas tus necesidad, cualquiera que estas sean.

Si te gustaría tener una experiencia con Él y disfrutar de sus bendiciones, date la oportunidad de participar en una de nuestras reuniones, como en el Ayuno de los Casos Imposibles, los sábados en cuatro diferentes horarios.

“Dios me sanó de mis enfermedades”

“Usando la fe en el Ayuno de los Casos Imposibles, he obtenido grandes milagros avalados por la ciencia. El primero de ellos fue en una de las partes del cuerpo más difíciles: el corazón. Debido a una isquemia, tenían que realizarme un cateterismo cardiaco, pero los últimos estudios demostraron que yo me encontraba en perfecto estado de salud.

Después de esto, no dejé de venir a la reunión, seguí haciendo la parte que me tocaba a mí y al poco tiempo, Dios me sanó de una hernia que tenía desde los 13 años, cuando sufrí esófago de Barret. La doctora se sorprendió cuando vio todos los medicamentos que tomaba, pues me aseguró que no tenía ninguna enfermedad en dicho lugar.

Mis lágrimas ahora son de felicidad porque mi Señor honró mi confianza sin necesidad de alguna cirugía”, Mónica Salod.

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