Nunca te detengas a medio camino

Aprende a superar el cansancio y el desánimo

El ser humano tiene el pésimo hábito de dejar que los problemas y dificultades le impidan alcanzar sus objetivos. En la caminata en dirección a la realización de un sueño, por ejemplo, las personas generalmente empiezan con energía, motivación y ánimo.

Pero, con el tiempo, las luchas y dificultades generan cansancio y, si la persona no se detiene a medio camino, es probable que se acomode y desista de ir a donde tanto deseaba.

Normalmente, alguien se detiene porque no tiene un propósito bien definido. Por eso, cuando menos se lo espera, se detiene a medio camino. Sin perseverar hasta el fin, nunca realizará algo.

¿Cómo ir hasta el fin?

La mayoría de las personas no tienen dificultad en comenzar algo. Pero, conforme pasa el tiempo, viene el cansancio y los pensamientos y palabras negativas empiezan a bombardearla.

Si escuchas lo que es negativo, morirás sin realizar tu sueño. Por eso, decide seguir tu propósito de vida cueste lo que cueste, dite a ti mismo que vas a cumplir ese objetivo. Cuando el desánimo toque tu puerta, necesitas recordar qué te hizo comenzar la caminata.

El Señor Jesús dijo:

«Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo» (Juan 16:33).

Si tienes un pacto con Él, aunque sucedan miles de cosas que te quieran detener, tienes la certeza de la victoria y, cuando la alcances, podrás decir que el Altísimo fue quien te dio fuerzas, capacidad para realizar tu sueño.

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