«No teníamos ni para comer. Creí que no lograría cosas grandes»
«Mi frustración comienza a partir del momento en que salgo de la secundaria. A pesar de ser muy joven, mis caminos empiezan a estar trancados. Mientras veía a mis compañeros saliendo adelante, ingresando a la universidad, teniendo un plan de vida, noté que mi caso era todo lo contrario. Era como si todo se hubiera cerrado para mí.
Ya tenía 5 años con mi novio y lo que nos impedía casarnos era no tener lugar para vivir ni ingresos suficientes. Entonces, apareció una oportunidad en donde pudimos vivir con su familia y decidimos casarnos. Solo que no teníamos ni para comer. Comíamos 1 o 2 veces al día rindiendo los alimentos lo máximo posible.
Me sentía frustrada, como una persona pequeña, menos que los demás, y que definitivamente no iba a tener condiciones de alcanzar cosas grandes.
Fue cuando llegué a la Universal que escuché hablar de la fidelidad a Dios y eso llamó mi atención. Entendí que es un pacto de ponerlo en primer lugar, así que hice mi voto con Él.
La verdad, todo empezó a transformarse. De tener la frustración de no poder ingresar a la Universidad, Dios me dio la oportunidad de ingresar a la que quería.
Mi situación sentimental con mi esposo es muy buena y Dios, de manera maravillosa, abrió una puerta para trabajar en otro país. Nos fuimos con una paga en dólares, donde cubrieron nuestra vivienda.
Lee también:La fe que te hace soñar también te lleva a la cima
También se abrieron puertas para que conociéramos otros países y no solo eso. Incluso tenemos acceso a ropa y restaurantes de calidad.
Cada día, Dios va abriendo mi visión. Estoy emprendiendo un negocio personal en el área de asesoría de imagen. A pesar de la pandemia que estamos pasando, Él ha sido aún más maravilloso.» -Ana Rodríguez
Un desafío que puede cambiarlo todo
Como ya se ha dicho a principios de este mes, la fidelidad a Dios es el primer paso para un cambio de vida. Historias como las de Ana Rodríguez dan testimonio de eso.
Dios no desampara a quien le empeña su palabra a Él. Por eso, no desaproveches esta oportunidad. Para saber más de este propósito, haz clic aquí.
Además, este domingo 13 de junio, no faltes a la Universal más cercana a tu domicilio. Recibe en tus manos la unción del aceite consagrado en Betel. Trae tu currículum, tus proyectos o algo que represente tu trabajo. Por medio de tu fe, determina que Dios bendiga tu trabajo, tus ventas y que todo lo que emprendas o realices salga bien.
Para saber cómo participar, te esperamos a las 7:30 a. m., 9:30 a. m., y 12 p. m., en el Templo de los Milagros, Av. Revolución núm. 253, col. Tacubaya, CDMX. O bien, acude a la Universal más cercana a tu domicilio y consulta los horarios de las reuniones u oraciones o llama al 55 55743266.
Y te invitamos a leer el Aviso Importante sobre las reuniones u oraciones en todo el país para informarte más.
Te puede interesar: «No nos alcanzaba ni para un kilo de tortillas, vivíamos de arrimados»
comentarios