¡No se rinda!

¡No se rinda!

Por Social Media

Cuando todo parece ir en su contra, se pierde toda esperanza, se agotan todos los recursos, ya no hay nadie a su lado, ni amigos o familia que le puedan echar la mano, ¿quién le puede ayudar? De acuerdo con lo que enseñó el obispo Franklin Sanches en la reunión del pasado domingo 9 de octubre solo queda buscar a Dios.

No obstante, «mientras usted tenga un poco de esperanza de que alguien le pueda socorrer, no pondrá toda su vida en la dependencia de Dios. Lo que estará haciendo es querer librarse del problema, usando la fe emotiva. Por lo que ella prefiere huir. Por ejemplo, cuando alguien enfrenta dificultades en su matrimonio, lo primero que piensa es en separarse, en lugar de querer salvar su unión (principalmente porque cree que el problema es la pareja), pero ¿cuántos se han casado hasta 5 veces creyendo eso? O quizá tiene un negocio que no está marchando, sin embargo, prefiere cerrarlo en lugar de continuar», explicó.

Según el obispo Franklin, la fe emotiva es impulsada por el corazón, no permite que las personas se mantengan de pie cuando vengan las tentaciones y dificultades, y por eso fracasan, ya que no les dará fuerzas ante las adversidades. Esa es la razón por la que hay quienes terminan alejándose de Dios, porque creen que la fe solo es para lograr victorias; aunque, en realidad, es la que le sustenta para que se pueda levantar.

Esa fe capaz de mantenerlo firme frente a todo es la fe bíblica, racional y sobrenatural. Ella se fundamenta en lo que está escrito en la Palabra de Dios y no depende de lo que usted ve, siente o escucha que dicen los demás.

Un claro ejemplo de esto es cuando Isaac pasó un problema común hoy en día: el hambre.

«En aquel tiempo hubo hambre en la tierra —además de la primera que hubo en los días de Abraham—, y se fue Isaac a Gerar, adonde estaba Abimelec, rey de los filisteos. Allí se le apareció el Señor, y le dijo: “No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. Habita como forastero en esta tierra. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras y confirmaré el juramento que hice a Abraham, tu padre…”. Habitó, pues, Isaac en Gerar.» (Génesis 26:1-7).

En ese entonces, la tierra de Egipto no tenía ese problema de sequía ni falta de alimento. Lo primero que pensó Isaac fue en marcharse. Esa es una decisión que muchos toman, pensando que la situación cambiará yéndose de su país o lugar de nacimiento. Sin embargo, lo primero que Dios le dijo fue que se quedara, porque iba a bendecirlo. Y en efecto, así fue:

«Sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año el ciento por uno; y lo bendijo el Señor. Se enriqueció y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso.» (Génesis 26:12-13).

«Isaac sembró en tierra de hambre, donde no había nada. Pero creyó en lo que Dios dijo y no solo fue por palabras, demostró que realmente creía cuando sembró pensando: “Si estás conmigo, entonces sembraré en este lugar y me bendecirás”. Haga lo mismo. En lugar de abandonar a su familia, luche por ella; en lugar de dejar a su pareja con vicios, luche, porque va a cambiar; en lugar de renunciar a su negocio, luche, porque lo va a recuperar.

Si usted tiene un pacto con Dios, Él le sustenta, verá Sus maravillas en esta tierra. Quizá percibe que no tiene fuerzas para continuar, sin embargo, el Espíritu Santo es quien se las da si Lo busca.

Entonces, ¿comprendió la diferencia entre fe racional y fe emotiva?», finalizó.

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