«No me alcanzaba el dinero y muchas veces me quedé sin comer, pues prefería que comieran mis hijos»
«Provengo de la Sierra Negra, no hablo muy bien español porque hablo solamente el idioma mazateco. En aquel lugar crecí con mi padre y vivimos humildemente: teníamos una casa de zacate con tabla de jonote, así vivíamos.
Al crecer, mi padre me regaló una propiedad en el monte y yo la trabajé para sembrar y cosechar café.
Conforme fui creciendo, compré una mula para cargar y vender café. Pero, como no había camino pavimentado por donde vivo, caminaba 6 horas hacia la carretera para vender y regresar.
El problema fue que el producto bajó y la carretera se derrumbó, perdí todo, casi todo el dinero que gané.
Esto no fue impedimento para continuar esforzándome, ya que tenía que llevarle el sustento a mis 8 hijos.
No me alcanzaba el dinero y muchas veces me quedé sin comer, pues prefería que ellos comieran».
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