No daban un peso por él, hoy es multimillonario, Gregorio Jacobo

Conoce la historia de Gregorio Jacobo, el dueño de Jacobo’s Ag Harvesting, Inc.

“Mi mamá murió cuando yo era un niño. Mi padre, por otro lado, era alcohólico. Tuve que dejar mis estudios para trabajar y darle de comer a mis hermanos.

Con el paso del tiempo me fui de México buscando un mejor porvenir. Estando lejos me fue mal: no tenía ni la primaria concluida y era difícil encontrar empleo. Cambiar mi residencia no resolvió mis problemas.

El lugar donde transformó su historia Como humanamente no podía hacer que las cosas funcionaran, fui con una bruja… La brujería no me ayudó y enseguida supe de la Universal.

En las reuniones del Templo de los Milagros, escuché que Dios es Todopoderoso y que puede sorprendernos con bendiciones enormes que hagan saber a todos el poder de Él. Nadie daba nada por mí, pero estaba harto de mi situación y decidí creerle a Dios. No fue fácil enfrentar mis dudas, pero hice un pacto con Dios, sin negarle nada, y Dios tampoco me negó nada.

Llegó la época de la Hoguera Santa -un movimiento hecho en la Universal que imita la fe de personajes bíblicos- y me uní.

El todo por el todo

Fui honesto con Dios, le dije: ‘Señor, o me transformas o me matas, ya no quiero vivir en la miseria. Si mi vida te importa, te voy a obedecer, pero necesito que Tu mano me ayude’. En el altar le di lo mejor de mí, dejé no solo lo que se ve, también me alejé del pecado; al bajar de ese altar, me sentí distinto.

No fue de un día a otro que llegué a la abundancia, ha sido un proceso. El Señor Jesús primero transformó mi interior y de ahí me dio la capacidad de idear negocios. Ya son muchos años caminando bajo la guía y obediencia a Dios, y cada día ha valido la pena.

Primero conseguí trabajo, luego me ascendieron en el trabajo, fui supervisor, decidí emprender, comencé de poco y ahora soy multillonario.

Tengo 18 casas, autos, camionetas, ranchos, una empresa dedicada a la siembra de pistaches, almendras, blueberries, dos aviones… tengo tanta abundancia que es difícil recordar todo lo que Dios me ha dado. Y mi corazón no está en nada de eso, sé que Dios me lo dio apenas para mostrar su poder.

Hoy lo reconozco: sin el Señor fui nada, con Dios soy este hombre que puede decirle a la gente que, sin importar su origen, puede dejar atrás el sufrimiento y ser un caso de éxito si se entrega sinceramente a Él, porque lo que ha hecho conmigo puede hacerlo con cualquiera que se atreva a usar la fe.” – Gregorio Jacobo.