Nadie quiere estar cerca de una persona quejumbrosa

¿Te das cuenta que quejarte se ha vuelto uno de tus hábitos últimamente? De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Stanford, esta práctica provoca que el hipocampo se vaya reduciendo, lo que representa un daño al momento de resolver problemas o situaciones complejas que requieran un mayor análisis.
Aunque quejarse trae una sensación de bienestar al inicio, porque es una forma de expresar algún disgusto, podría volverse adictivo y, por ende, solo hacerte ver el lado negativo de las cosas. «Al ser quejumbrosos no solo seremos vistos como personas negativas, nos evitarán. También afecta la forma de ver a los demás y a nosotros mismos», afirma la psicoterapeuta Aura Medina De Wit.
Por otra parte, ser agradecido contribuye a un estado anímico favorable y a que los niveles de ansiedad disminuyan, según informes de la Universidad de California. Por eso, a quienes se dan cuenta que han caído en esta costumbre, los especialistas recomiendan adquirir una actitud más positiva de la vida y buscar una solución a la queja cuando sea necesario hacerlo.
Para recordar:
Ser quejumbroso(a)…
- Nos autosabotea
- Nos victimiza
- Nos hace actuar con inmadurez
- No cambia la situación
Lea también: Desgaste profesional entra en la lista de enfermedades de la OMS
comentarios