Moda de internet puede causar graves problemas de depresión

En los últimos meses, la «cultura de la cancelación» es la moda de internet que se ha apoderado de las redes sociales. Cualquiera que pasa tiempo en ellas ya ha oído hablar de alguien que ha sido «cancelado», ya sea famoso o anónimo.

Lo que pocas personas notan es cómo esta práctica afecta la salud mental del blanco de estas cancelaciones. De acuerdo con lo que explicó la psicóloga Célia Siqueira, la persona cancelada en internet puede desarrollar ansiedad, depresión e incluso otros problemas graves, como el síndrome de pánico.

Esto se debe a que la mayoría de los usuarios de las redes sociales tienen «una necesidad excesiva de atención y esperan una gran cantidad de “me gusta” en las fotos y visualizaciones de videos. Esta necesidad es a menudo el resultado de una deficiencia emocional».

En otras palabras: la persona está llenando la carencia del mundo real con los «me gusta» del mundo virtual. Cuando los ataques surgen, la carencia deja de ser llenada y la autoestima de la persona, que se basaba en los likes, se desploma.

Aumento de la depresión en los últimos años

Las redes sociales se han convertido en un factor importante de ansiedad y depresión. De la ansiedad porque las personas siempre tienen la expectativa de recibir «me gusta», comentarios e interacciones. De la depresión porque, muchas veces, ese resultado no llega. Incluso aquellos que tienen muchos seguidores nunca están satisfechos: quieren ser tan «grandes» o tan «famosos» como cualquier otra persona.

Un estudio del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Montreal monitoreó a 3800 jóvenes durante cuatro años. Descubrieron que entre más tiempo una persona les dedica a las redes sociales, mayor es la posibilidad de desarrollar depresión.

Esto se debe a que las personas a menudo se comparan con los demás. Llegan a creer que las interacciones en sus redes sociales es la atención que necesitan. Cuando esa atención no ocurre, o sucede de manera diferente a lo esperado, surge la depresión.

Otro factor de influencia es el algoritmo que siempre presenta contenido similar, para mantener a la persona en la pantalla por más tiempo. Así, si alguien busca, por ejemplo, un hashtag en el que está siendo ofendido, el sitio le mostrará cada vez más sobre ese hashtag, sobre las personas que lo utilizan (los ofensores) y sobre el caso en cuestión. El resultado es que la víctima de las ofensas tiene la impresión de que todos están en su contra.

De ahí es donde esta moda de internet, la cultura de la cancelación, obtiene su poder.

A los que no se dedican tanto a las redes sociales no les importa la «cancelación». En cambio, quienes dependen de eso para ser felices, fácilmente ven quebrantada su estabilidad psicológica.

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