«Mis deudas alcanzaron el millón de pesos»

«Mi negocio estaba en quiebra y las deudas sumaban un millón de pesos. Recibía constantes llamadas exigiéndome el pago, pero como no tenía, mejor corté la línea telefónica; y hasta llegué a pensar en acabar con mi vida.

Además, yo era infiel y parrandero. A raíz de esa situación, mi esposa y yo discutíamos; estábamos al borde del divorcio, y como consecuencia, nuestras hijas también se odiaban.

Cuando mi esposa comenzó a ir a la Universal, noté un cambio en ella, incluso en su manera de hablar. Al acompañarla, me gustó lo que escuché, así que seguí asistiendo, y poco a poco, dejamos de pelear.

Decidí creer y poner en práctica la Palabra de Dios. Las ventas mejoraron, y comprendí que necesitaba perdonar y también pedirle perdón a mi esposa. Buscar estar más cerca de Dios me llenó con Su presencia, y eso transformó mi vida: quitó los pensamientos negativos, restauró mi matrimonio y el ambiente familiar con mis hijas, pude pagarles a los proveedores, y ellos volvieron a confiar en mí, así fue como logré liquidar lo que debía. Hoy mi vida es un testimonio de la grandeza de Dios.» -Atanasio Cruz

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