«Mi vida se resumía en vicios, enfermedades y falta de dinero»

«Empecé a trabajar desde muy pequeño porque provengo de una familia de bajos recursos: a veces, solo comíamos tortillas con sal. Honradamente, me fui ganando la vida como franelero y ayudante de albañil, pero cuando me dieron la oportunidad de trabajar en una empresa reconocida donde fui escalando hasta convertirme en gerente, el dinero seguía sin rendirme.

Formé una familia, solo que mi condición económica no avanzaba, así que mi esposa y yo nos vimos en la necesidad de pedirle dinero prestado a los vecinos. Realizar los sueños que tenía, entre ellos el de comprar una casa, parecía estar muy distante, pues hasta tratando de adquirir una, me endeudé con cerca de medio millón de pesos. Prácticamente, trabajaba día y noche.

La desesperación por ver que mis caminos estaban cerrados, me orilló al alcoholismo y la drogadicción. Además, me fui enfermando de gastritis, colitis, presión alta, dolores en los huesos… A veces, quería correr y no podía hacerlo, y dormía casi sentado porque sentía que me ahogaba.

En ese entonces, mi esposa conoció el Templo de los Milagros y me pidió que la acompañara. Tras un proceso que requirió fidelidad y obediencia al Señor, además de participar en diversos propósitos de fe como la Hoguera Santa, logré establecer una empresa de valet parking y estacionamientos que me permitieron pagar la deuda de medio millón de pesos y lo que les debía a mis vecinos.

Además de que le puedo dar lo mejor, tengo una relación maravillosa con mi familia. También le agradezco a Dios el haberme sanado de mis padecimientos, pues ahora llevo una vida normal.» -Josué Rosales