Meditación del libro de Cantares: la sombra del Señor
«A su sombra placentera me he sentado» (Cantares 2:3)
La sombra del Señor Jesús es refugio en este mundo podrido, que aplaude lo que es malo y denigra lo que es bueno. Su sombra nos protege del calor intenso de las emociones del día a día, y renueva nuestras fuerzas pues los días son malos.
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Pero hay quien piensa que esta sombra no es gran cosa, y necesita aventurarse por ahí, conocer gente nueva, hacer lo que siempre soñó hacer…
Son personas que tuvieron el privilegio de conocer la vida pacífica del Reino de Dios y prefirieron la vida agitada del mundo.
Para estas que olvidan la ley de la siembra, hay dolor, debilidad, llanto, decepción, pérdida de tiempo y peor, a veces víctimas del demasiado tarde.
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