Meditación del libro de Cantares: El suave aroma del Señor Jesús
«Por el olor de tus suaves ungüentos» (Cantares 1:3)
Olor es perfume. Hay todo tipo de perfume. Perfume fuerte, dulce, refrescante y débil. En este caso, el perfume de nuestro Señor es suave, no marea, no hace daño, ni apesta el ambiente. Él es de la dosis correcta.
La presencia del Señor Jesús no causa vergüenza ni extrañeza, como muchos creyentes hacen cuando alaban a Dios… llegan a asustar, llaman la atención de todos, parecen estar fuera de sí.
Dudo que, de hecho, estén en la presencia de mi Dios, pues esta hace el bien, no solo para mí, sino a todos los que están a mi alrededor, como ese ungüento suave.
Por Cristiane Cardoso
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