Me has ungido con aceite

«Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días.» (Salmos 23:5-6).
La mesa que Dios prepara para nosotros es de bendiciones sin fin a la vista de todos. Él nos honra con lo mejor, que es el Espíritu Santo viviendo dentro de nosotros, y nos da una vida próspera en la Tierra. Él no deja que nos falte algo, pues honra Su Palabra y Su Nombre. Él es rico en bondad y misericordia.
Por Ester Bezerra
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