Manténgase alerta
Tenga cuidado, no se asocie con personas que están lejos de Dios.
Después del diluvio, los descendientes de Noé se establecieron en un nuevo lugar y decidieron construir una ciudad fortificada. Todos se ayudaban, tenían objetivos en común, a diferencia de dónde venían, las cosas serían diferentes esta vez.
Fue entonces cuando una nueva idea revolucionó a todos.
«Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta los cielos, y hagámonos un nombre famoso, para que no seamos dispersados sobre la faz de toda la tierra» (Génesis 11:4).
Así se construyó la Torre de Babel. Obviamente, nunca llegarían al cielo en una torre, pero la idea era ser como Dios.
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«Y dijo el Señor: He aquí, son un solo pueblo y todos ellos tienen la misma lengua. Y esto es lo que han comenzado a hacer, y ahora nada de lo que se propongan hacer les será imposible. Vamos, bajemos y allí confundamos su lengua, para que nadie entienda el lenguaje del otro. Así los dispersó el Señor desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad» (Génesis 11:6-8).
Y así fue como la gente empezó a hablar en diferentes idiomas. Lo que los obligó a mudarse a otros lugares para cada uno comenzar sus propias tribus y naciones.
Dios sabía exactamente lo que estaba haciendo, la gente se estaba uniendo por razones equivocadas. Con malas intenciones que contaminarían nuevamente a toda la raza humana (como sucedió antes del diluvio).
Cuide con quienes se relaciona. Cuando hay una mente, una meta y una forma de pensar, la gente empieza a tener un solo espíritu…
Elija bien a sus amistades, con quién se relaciona, a quiénes sigue, qué lee e incluso a quién escucha… muchas personas han caído al juntarse (inconscientemente) con personas que ya no tienen ninguna conexión con Dios (pero que hablan de Él).
Por Cristiane Cardoso
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