¿Los milagros de sanidad aún existen?

Por Social Media

Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades se los llevaban, y Él [Jesús] ponía Sus manos sobre cada uno de ellos y los sanaba” (Lucas 4:40).

Las personas de la antigüedad no contaban con el conocimiento y la atención médica que se tiene actualmente, por eso, la fe era lo único que tenían a su alcance.

Actualmente, la ciencia ha vencido muchas enfermedades. Pero no todas, ya que, en ciertos diagnósticos, no siempre se asegura un buen resultado.

En estos casos, ¿a dónde o a qué recurrirías? Quizá, ya has escuchado que puedes ser sanado por la fe en Jesús, no obstante, ¿cuál ha sido tu respuesta?

No se va a poder, no va a funcionar…” Probablemente no lo sepas, pero aún sin intentarlo, las palabras ya determinan la derrota. El tiempo ha pasado, la sociedad ha cambiado y la tecnología corre más rápido, sin embargo, el poder de Dios aún permanece y sigue siendo infinito. No importa cuál sea tu enfermedad, la sanidad es posible para aquel que cree.

Por tal motivo, todos los martes se hace un desafío con Dios para probar Su poder por medio de tu fe. Los testimonios que se presentan a continuación son prueba de ello:

 

 

Hicieron un desafío de fe y las enfermedades fueron vencidas

 

Decidí participar en el Desafío de la Cruz por la salud de mi hermano. A él le detectaron cirrosis hepática, piedras en la vesícula y estaba anoréxico. Recientemente, me enseñó sus análisis y no tiene nada. Él reconoció que solamente Dios lo había sanado. Glorifico al Señor Jesús por la sanidad de mi hermano”.

 

 

Cuando llegué, estaba enferma de colitis nerviosa, tenía insomnio, depresión, dolor en la columna. No podía agacharme ni hacer nada porque me desmayaba por los dolores. Busqué la ayuda de brujos, pero se complicó mucho más. Sin embargo, gracias a Dios, luché perseveré y, por la fe, estoy sanada de todo”.

 

 

Durante 22 años, tomé pastillas antidepresivas porque me daban crisis y cada mes me internaban para inyectarme. A raíz de eso, me enfermé del hígado, no podía respirar, me dormía sentada, no podía caminar ni subir un escalón. Al saber que en la Universal podía ser sanada, fui y después de vencer las dudas, por la fe estoy sanada”.

 

 

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