Lo imposible es la firma de Dios
¿Cuántas veces alguien quiso algo y fue desanimado por los demás o por sí mismo? No faltan personas para criticar los sueños o incluso la imaginación de alguien. El escritor francés Julio Verne (1828-1905) pasó por eso. En sus libros, imaginó situaciones y máquinas que causaron risa en muchos críticos y lectores.
En su libro Veinte mil leguas de viaje submarino (1870), Verne describió un gran vehículo que navegaba muy por debajo de la superficie del mar, impulsado por energía eléctrica y con una gran tripulación. No fueron pocos los que se rieron, pero Verne inspiró a generaciones de ingenieros que, décadas después, construyeron enormes submarinos impulsados incluso por energía nuclear.
Su imaginación fue mucho más allá del mar. Él describió un gran paso para la humanidad en De la Tierra a la Luna (1865). Se atrevió a creer que el hombre exploraría el satélite natural de la Tierra cien años antes de que eso sucediera. En 1889, también imaginó noticias en la televisión y videoconferencia, cuando ni existía la TV, en La jornada de un periodista americano en 2890.
En la vida real, también hubo quien dudó de grandes hechos.
En 1869 se inauguró el Canal de Suez, entre los mares Mediterráneo y Rojo, con 193.3 kilómetros, permitiendo que grandes navíos viajaran entre Europa y Asia Meridional sin tener que rodear todo el continente africano, reduciendo el viaje en 7 mil kilómetros. Cabe recordar que en ese entonces, todo se hizo con herramientas manuales. Muchos dudaban e incluso se rieron de la obra, pero muchos de los que se rieron usaron el canal después.
El británico Winston Churchill (1864-1965) fue militar y llegó a ser el Primer Lord del Almirantazgo en la Primera Guerra Mundial, cuando comandó campañas desastrosas, perdiendo centenas de hombres. La derrota lo desanimó, pero él no se entregó. Se volvió el primer ministro más importante de la historia de Reino Unido y uno de los líderes principales de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, conduciendo a la nación con firmeza e inspirando a los ciudadanos. Décadas antes se rieron de él cuando intentaba entrar en la carrera militar.
En los tiempos bíblicos, Gedeón fue el líder escogido por Dios para que Su pueblo luchara en contra de los madianitas. De miles de hombres, solo fueron elegidos 300. Proporcionalmente, habían 450 guerreros madianitas para cada hombre de Israel. Hoy sabemos que los guerreros israelitas no vencieron solo por el valor, sino por la obediencia a la inteligencia de Dios, derrotando a tantos con tan pocos recursos.
«… al que cree todo le es posible», dijo el propio Señor Jesús en Marcos 9:23, cuando un hombre llegó a Él diciendo que ya había hecho de todo para expulsar a un demonio del cuerpo de su hijo, sin éxito. El Mesías le mostró en dónde estaba la falla: a pesar de que el padre incluso se esforzaba con sus energías y recursos humanos, faltaba creer que en nombre de Dios podría realizar lo imposible para el hombre. El obispo Edir Macedo está de acuerdo con su Maestro: «lo imposible es la firma de Dios», dijo, en la definición más clara de milagro.
El Señor Jesús dio el mayor de los consejos: creer en Dios, cuya fuerza es infinita, y no solo en nosotros. Nuestra parte es creer y atreverse a actuar, pedirle orientación al Altísimo desde la planeación de nuestros sueños hasta la preparación para alcanzarlos. ¿Cuántos ya vimos levantándose de sillas de ruedas, de camas hospitales, cuando los médicos los desahuciaron? ¿Cuántos ya se liberaron de la esclavitud de los vicios? ¿Cuántos tienen una familia bien constituida, cuando antes cometieron errores en la vida afectiva? Ellos se atrevieron a creer y callaron a los incrédulos en Dios y en ellos.
Por eso, la Universal promueve la campaña de Los 3 Domingos de lo Imposible — Todo es Posible para el que Cree, en el que millones de personas podrán dejar atrás la incredulidad de las personas que están a su alrededor, además de la propia falta de confianza en ellas mismas, y conquistar una vida de verdad. ¿Te perderás esta oportunidad? Quien verdaderamente cree y sigue al Dios de lo Imposible no puede dejar de creer en sí mismo. Participa los días 20 y 27 de septiembre, en la Universal más cercana a tu domicilio.
O bien, puedes participar en el Templo de los Milagros, en Av. Revolución núm. 253, col. Tacubaya, CDMX. Los horarios son 7 a. m., 9 a. m., 11 a. m. y 6 p. m.
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