¡Levántate!
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Dios entiende el dolor de cada individuo y la situación por la que está pasando, pero eso no significa que nos permite permanecer en esa condición. Según explicó el obispo Franklin Sanches en el Santo Culto del pasado domingo 1 de diciembre, la Palabra del Señor nos enseña qué debemos hacer para no seguir estancados.
Un ejemplo práctico es lo que enfrentó Josué tras perder a Moisés, su amigo íntimo. Para él fue un golpe muy fuerte; sin embargo, después de 30 días de duelo llegó un momento en que Dios le dijo: «Mi siervo Moisés ha muerto; ahora pues, levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.» (Josué 1:2).
«Es normal sentir el impacto de una pérdida, ya sea de un ser querido, un trabajo o una cosa […]. Lo que no podemos permitir es que esa pérdida nos estanque o nos haga perder la fe, la esperanza y la visión. ¡Vean que la Palabra nos muestra cómo piensa Dios! Él comprende lo que estamos pasando, pero también nos llama a levantarnos y no seguir mirando hacia atrás», destacó.
Muchas personas cargan con la culpa de sus fracasos pasados y pasan su tiempo lamentándose, especialmente si sus seres queridos les recuerdan sus errores. No obstante, el obispo Franklin recalcó que el pasado no puede definirnos ni convertirse en un obstáculo: «si la regamos, ni modo, no podemos cambiar el pasado. Lo que sí podemos hacer es arreglar nuestro presente y nuestro futuro. No viva con esa carga de errores ni malas decisiones, ahora tiene que mirar hacia adelante; es ahora cuando tiene que tomar la decisión de levantarse y cruzar el Jordán, el lugar del nuevo comienzo».
Esta es una oportunidad que Dios nos da a todos, no solamente a algunos: «si usted quiere una nueva vida, tiene que cruzar el Jordán, es decir, entregarle su vida a Jesús; esa es la condición. Así que venza sus miedos, sus dudas, su pasado, su malicia y sus malos pensamientos […]. Si tiene errores y los reconoce, tiene que librarse de ellos y la única manera es a través del bautismo en las aguas para sepultar su pasado; solo que este acto tiene que ser con arrepentimiento y sinceridad», agregó.
Pero ¿en qué nos beneficia todo esto? He aquí la respuesta:
«Todo lugar que pise la planta de vuestro pie os he dado, tal como dije a Moisés. Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río, el río Eufrates, toda la tierra de los hititas hasta el mar Grande que está hacia la puesta del sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.» (Josué 1:3-5).
Para finalizar, el obispo refirió que quien coloca toda Su vida en las manos de Jesús pasa a tener la seguridad de que Dios está con él; aunque enfrente luchas, nunca estará ni se sentirá solo, siempre y cuando no abandone al Señor.
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