Las vacunas: mitos y realidades

Por Aurora Gutiérrez 

Maestra en Ciencias, Biología Molecular y Bioquímica por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos

A lo largo de la historia, la vacunación ha representado un logro para prevenir enfermedades infectocontagiosas en humanos. Padecimientos que antes eran comunes, provocando, incluso, la muerte; pero que hoy gracias a esta acción pueden ser prevenidas.

Sin embargo, a pesar de saber el enorme beneficio que pueden tener, hay quienes piensan que son dañinas y están en contra de su aplicación.

En este pequeño artículo se desmentirán algunos mitos que representan un peligro y una barrera para la vacunación:

Mito 1. Las vacunas son peligrosas. Para que una vacuna sea aprobada debe ser sometida a rigurosas pruebas a lo largo de diferentes etapas de ensayos clínicos. Una vez que son comercializadas, siguen siendo evaluadas constantemente en busca de indicios de efectos adversos.

Mito 2. Los efectos adversos de las vacunas son graves. No es así, suelen ser leves, por ejemplo, pueden causar inflamación en el lugar de la inyección, irritación y fiebre. Los casos donde ha habido efectos adversos graves son objeto de investigación y seguimiento, estos casos son extremadamente raros y poco probables.

Mito 3. Padecer la enfermedad es la mejor forma de inmunizarse. Inmunizarse, o en otras palabras adquirir defensas padeciendo la enfermedad, puede ocasionar secuelas severas y estragos irreversibles. Las vacunas producen una respuesta similar, pero sin llegar a causar la enfermedad, ya que cuando la infección llega al organismo, el sistema inmune ya está preparado.

No vacunarse aumenta el contagio de las enfermedades y a pesar de que no todas son mortales, pueden generar consecuencias graves en la salud. Vacunarse, permitirá asegurar el bien común y detener la propagación de enfermedades.

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