La Prueba que transformará todo

En la escuela o el trabajo, es normal que se realicen pruebas con frecuencia para observar si el alumno o el empleado están listos para subir a un nuevo nivel o cargo, respectivamente. Pero no solo eso, el afán de obtener un buen resultado nos motiva a prepararnos y esmerarnos para hacer lo mejor.

Ahora bien, popularmente hablando, cuando esta palabra se relaciona con Dios, es común que muchos lo relacionen con el sufrimiento, la desgracia o una enfermedad: «Dios me está poniendo a prueba ante tantas cosas malas que me suceden». Sin embargo, como se explicó anteriormente, una prueba con Él es para ponernos en un nivel más elevado:

«… ponedme ahora a prueba en esto —dice el Señor de los ejércitos— si no os abriré las ventanas del cielo, y derramaré para vosotros bendición hasta que sobreabunde» (Malaquías 3:10).

Hoy en día, más de 50 millones de mexicanos y mexicanas difícilmente obtienen lo necesario para costear lo básico. Esto puede deberse a diferentes situaciones, por ejemplo: siempre han tenido una vida carente y piensan que así es como les tocó vivir; fueron personas que lograron levantar un negocio o una empresa, pero fueron perdiendo todo hasta terminar en la quiebra y no les quedara nada; o bien se han preparado lo suficiente o cuentan con buena experiencia, sin embargo, llevan mucho tiempo sin encontrar una oportunidad para trabajar…

Viviendo panoramas así, en consecuencia, no hay modo de sostener a la familia (o solo a sí mismos) y muchos padres prefieren pasar hambre antes que ver a sus hijos padecer.

Estas ilustraciones no son exclusivas del presente. La historia muestra que en una ocasión el pueblo de Israel enfrentó una verdadera crisis que lo llevó a la ruina completa. La gente ya no sabía qué hacer, lo que realmente necesitaban era un milagro. Fue ahí que Dios les prometió abrir las ventanas de los cielos y derramar sobre ellos bendiciones hasta que sobreabundaran.

Aunque, como dice el fragmento bíblico de arriba, lograr algo tan grande que resolviera su problema requería acercarse y hacer una prueba con Él.

Dios no queda indiferente ante aquellos que asumen este desafío de fe. Otro ejemplo se encuentra en la historia de una viuda que ya no le quedaba nada más que un puñado de harina y un poco de aceite. Ella estaba dispuesta a prepararlo para comer con su hijo y, después, morir juntos. Pero, en ese momento el profeta Elías se acercó a ella y le dijo: «No temas; ve, haz como has dicho, pero primero hazme una pequeña torta de eso y tráemela; después harás para ti y para tu hijo. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: “No se acabará la harina en la tinaja ni se agotará el aceite en la vasija, hasta el día en que el Señor mande lluvia sobre la faz de la tierra”» (1 Reyes 17:13-14).

Aquella madre decidió hacer esta prueba, es decir, poner a Dios en primer lugar; y no fue en vano, pues durante muchos días no le faltó alimento en casa.

Los hechos extraordinarios registrados en la Biblia no son cosa del pasado, pero para ver un milagro ocurrir requiere dar ese gran paso de fe.

Entonces, si hasta ahora te has preguntado cómo salir de esa deuda o mala racha, cómo recuperar tus negocios o cómo salir de ese mal momento, ahora sabes la respuesta. Si Dios prometió Él va a cumplir.

La oportunidad para hacer esta prueba será en la semana del 4 al 11 de junio. Acércate a la Universal más cercana para saber cómo participar en este propósito de fe.

Aquí también encontrarás historias de quienes decidieron poner a Dios al frente de todo, como el primero en sus vidas, y por esa fe hoy en día su presente no tiene rastro alguno de su pasado.


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