La luz de la vida
«Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.» (Juan 8:12).
Muchos quieren ser hijos de Dios, pero no quieren negar sus voluntades, deseos y sueños; por ese motivo andan en tinieblas. Para que una persona sea luz, necesita huir de la carnalidad y andar en la luz, en rectitud y obediencia a la Palabra de Dios.
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