La justicia de Dios
Si Dios lidiara con nosotros solamente en el ámbito de la justica, con seguridad, seríamos rápidamente fulminados.
Por eso, no siempre podemos recurrir a la justicia Divina, porque no tenemos la rectitud suficiente para ser preservados.
David entendió eso. Vea parte de su oración:
«Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a Tu misericordia; conforme a lo inmenso de Tu compasión, borra mis transgresiones.» (Salmos 51:1).
Vivamos ese momento de purificación y de derramamiento de misericordia, pues, el mismo trato que les damos a los demás lo recibiremos de Dios.
¡Eso me da temor y temblor!
comentarios