La fe que vence cualquier obstáculo

La fe que nos trajo hasta aquí es una fe viva, que actúa y vence al mundo, al pecado y a los problemas. Es la fe que nos impulsó a ganar almas y avanzar guiados por el Espíritu Santo.
Sin embargo, muchos se han acomodado, olvidando los dones espirituales que Dios nos dio para manifestar Su poder, traer sanidad y glorificar Su Nombre. Los frutos revelan el carácter de Dios, pero los dones muestran Su gloria. No debemos ignorarlos ni depender solo de las obras.
Si tenemos el Espíritu Santo, tenemos autoridad para sanar, liberar y vencer, pero esa autoridad se manifiesta cuando actuamos con fe. “El espíritu de los profetas está sujeto a los profetas” (1 Corintios 14:32). El Espíritu Santo no anula nuestra voluntad; nos exhorta, pero depende de cada uno de nosotros responder.
Muchos viven limitados porque, aunque poseen el tesoro del Espíritu Santo (2 Corintios 4:7), no lo usan. Pero dentro de nosotros está el poder de Dios, capaz de transformar cualquier situación.
No podemos vivir una fe conformista. Dios ya nos dio autoridad; si no la usamos, el problema permanece. No es falta de poder, sino de decisión. Cuando los sentimientos dominan, la fe se apaga; pero quien actúa conforme a la fe verdadera reacciona, se levanta y actúa.
“Transfórmense mediante la renovación de su mente…” (Romanos 12:2). No se adapten al mundo ni a las circunstancias. Si el Espíritu Santo está en ti, usa los dones que Él te dio para sanar, liberar, prosperar y ser un testimonio vivo del poder de Dios. El tesoro ya está dentro de ti: úsalo para glorificar a Jesús. 🔥













comentarios