La falta de perdón podría desarrollar un cuadro depresivo
La depresión es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como «el mal del siglo». Se estima que, actualmente, más de 300 millones de personas sufren por la enfermedad. Todo esto podría evitarse si las personas adoptaran una práctica simple: el perdón. Además, según un estudio de la Universidad Estatal de Tennessee, perdonar mejora la calidad de vida y la salud mental.
Considerar el perdón como un proceso bilateral —uno que tiene como objetivo perdonar a los demás y otro que tiene como objetivo perdonarse a sí mismo— puede ayudar a mejorar el humor y la salud emocional. Es decir: perdonar, tanto a sí mismo como a los demás, puede salvar millones de vidas.
No siempre es fácil
«Cuando fallamos, el peso de la culpa suele impedir que nos levantemos. Parece que las voces acusadoras nunca se van a callar. De repente, sentimos como si todos los ojos estuvieran sobre nosotros. Vergüenza, ira, odio a los demás y a nosotros mismos. Nos sentimos la peor de las criaturas. Las cosas nunca más serán como eran antes, pensamos», dijo el obispo Renato Cardoso.
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Ese sentimiento de remordimiento es un terreno fértil para que el mal actúe. De acuerdo con el obispo, «satanás ve a un pecador fallando y luego quiere acusarlo. Ese es su trabajo, su profesión, su especialidad. Por eso todo el bombardeo de pensamientos acusatorios y aquel inmenso peso en la conciencia».
Dios, por otro lado, está listo para ofrecerle perdón a quien se arrepiente del error. La recomendación bíblica de perdonar es válida no solo con respeto a los demás, sino también a sí mismo.
«Vacíe su corazón de ese peso, confiese todo y acepte el perdón de Dios. Perdone a quien le lastimó…», finalizó el obispo.
Libérate de la depresión
Si te encuentras en una condición semejante y no logras perdonar, dale fin a ese sufrimiento. En el Templo de los Milagros se llevan a cabo reuniones en las que podrás aprender cómo usar tu fe para salir adelante. Te esperamos en Av. Revolución núm. 253, col. Tacubaya. O en la Universal más cercana a tu domicilio.
(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.
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