«La desunión familiar me orilló a las drogas»

«Por más que quería alcanzar un futuro prometedor, el vicio era más fuerte que yo»

«Mi familia estaba desunida: había desamor, falta de comunicación y vicios, esto último generaba peleas constantes entre mis padres y que ellos nos maltrataran verbal y físicamente. Yo me sentía intranquila, sola y triste. Así como mi hermano, me refugié en las drogas cuando tenía solamente 12 años.

Por más que quería alcanzar un futuro prometedor, el vicio era más fuerte que yo. Las cosas empeoraron: me levantaba en las madrugadas llorando, sentía que me perseguían, le perdí el gusto a la vida… ¡mi anhelo era dormirme y no despertar!

Al llegar a la Universal, las cosas no cambiaron de un momento a otro, fue un proceso. De inicio, por medio de los mensajes que daban en las reuniones, me sentí más fuerte, con ánimo, y entendí que sí había solución para mis problemas. Con el tiempo, conforme me entregué a Dios, dejé los vicios; posteriormente, el resto de mi familia lo hizo.

Tiempo después, la relación de mis padres se restauró y ahora son un matrimonio feliz. Entre nosotros hay armonía. Además, conocí a un hombre que también está entregado a Dios y decidimos casarnos.

No obstante, la mayor riqueza que tengo es que el Espíritu Santo sea el Autor de esas conquistas, que sea Él quien me renueve cada mañana, me acompañe y me dé nuevas esperanzas para llegar muy lejos.» -Ana Gabriela Rodríguez