La bondad que proviene del Espíritu Santo
La bondad es una forma más de amor y se asemeja mucho a la benignidad. Es tolerante, y no mide sacrificios para ayudar y hacer valer la fuerza del amor por su semejante, sin importar su raza, religión, sexo, edad, etc. Entonces, podemos ver que este fruto lo pueden practicar, no solamente los cristianos, sino también cualquier persona que nada tiene que ver con el Señor Jesús. Ahora bien, si esta modalidad de amor es posible para aquellos que no probaron el don del Espíritu Santo, cuánto más para los que tuvieron una experiencia personal con Dios: ¡debe ser una obligación!
Aquel que es bueno nunca mira solamente para sí mismo; sino en dirección del otro, queriendo ayudarlo. Aunque esté afligido, quien es bueno continuará mirando siempre en la dirección del otro, del afligido, con la intención de brindarle ayuda.
(*) Texto extraído del libro El Espíritu Santo, del obispo Edir Macedo.
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