La belleza eterna de la Palabra de Dios

La mayoría de mi ropa pasó de moda y, las de hoy, en algunos años también serán anticuadas. Mis queridas fotos de la infancia y juventud se han amarillado. Muchos amigos se han ido.
Muchos libros, con el tiempo, dejaron de ser referencia. Muchos equipos electrónicos quedaron obsoletos.
Muchos lugares hermosos se han deteriorado. Sin contar los seres más queridos que partieron, segados por la muerte.
¡Ah, todo a nuestro alrededor cambia todo el tiempo! Basta con mirar nuestro cuerpo y veremos cuán frágiles somos… Nuestra apariencia cambia (en cierta etapa de la vida, se marchita, jeje) todos los días.
Entonces, todo pierde el brillo, el encanto y deja de ser novedad. Sin embargo, la Palabra de Dios es el puerto más seguro para anclar nuestra alma. No cambia y no necesita actualización.
La misma Palabra para todos los pueblos y en todas las generaciones. Así como fue maravillosa en el pasado, lo es en el presente, y lo será por toda la eternidad.
La Biblia refleja la belleza del Señor Jesús en cada versículo. Y si por toda la eternidad puedo seguir hablando de ella, anunciando las obras de mi SEÑOR, seré la persona más feliz del mundo.
¡RECONOZCA y valore el privilegio de predicar el Evangelio! PORQUE:
«¡Cuan hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio del bien!» (Romanos 10:15)
SOLO QUIEN AMA su elección y misión, entiende este texto…













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