Hoy su realidad es distinta a lo que fue su infancia

“Mi realidad se resumía en sufrimiento debido a que crecí en un ambiente de violencia y problemas que me hicieron creer que lo mejor era que me quedara solo sin involucrarme en ninguna relación.

Además, por el abandono que sufrí de parte de mis padres y sentir que no le importaba a nadie, pensaba en el suicidio desde los ocho años.

‘El amor no existe, no se puede ser feliz sentimentalmente, eso no sirve para nada’, repasaba en mi mente mientras me volvía cada vez más inseguro, ni mis amigos me podían ayudar.

Afortunadamente, gracias a la Terapia del Amor, encontré mi valor como persona, comprendí que sí se puede cambiar y que el matrimonio es para siempre. Esta reunión no solo se enfoca en el lado amoroso, es una cura interior y una preparación para el futuro.

Hoy tengo una pareja, soy muy feliz, es mi complemento y tengo planes de casarme con ella. Sin embargo, para nosotros lo fundamental y más importante es Dios. Gracias a Él tengo una relación inteligente.

A pesar de todo lo que viví, mi realidad es distinta. Mi novia y yo nos enfocamos en un solo pensamiento: estar juntos hasta el final”, Luis Rodríguez.

Tal vez te interese: 5 señales de que él/ella no va a casarse con usted