¡Hosanna al Rey!

El mensaje del Santo Culto del 13 de abril revela cómo el corazón puede engañarnos y alejarnos del verdadero propósito de Jesús.
En el Santo Culto del pasado domingo 13 de abril, el obispo Franklin Sanches abordó una verdad muchas veces ignorada: el corazón humano, tan exaltado por las emociones, es perverso. Con base en el relato bíblico de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, el obispo advirtió por qué es importante no dejarse guiar por el sentir, sino por la razón iluminada por la Palabra de Dios.
Durante el culto, el obispo recordó cómo la multitud recibió a Jesús con júbilo, tendiendo mantos y ramos en el camino mientras gritaban: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el Nombre del Señor!» (Marcos 11:9-10). Sin embargo, esa misma multitud, pocos días después, clamó por Su crucifixión. «Las mismas personas que cantaban para Él, fueron las mismas que dijeron: “¡Crucifícalo!”», destacó el obispo.
Según explicó, estas personas estaban cegadas por una expectativa equivocada a causa de su corazón: esperaban a un Mesías guerrero que los librara del dominio romano. No conocieron el propósito espiritual de Su venida. «No conociste el tiempo de tu visitación» (Lucas 19:44), dijo Jesús al llorar por Jerusalén, sabiendo que esto traería su destrucción, tal como ocurrió en el año 70 d. C.
A partir de ese ejemplo, el mensaje enfatizó cómo muchos hoy repiten el mismo error. «Las personas buscan a Jesús para tener salud, prosperidad, un matrimonio feliz… pero no fue para eso que Jesús vino. Él vino a traer un Reino celestial, vino para salvarnos», dijo el obispo. El problema, agregó, es que las decisiones se siguen tomando desde el corazón, y no con la razón. «El corazón es engañoso más que todas las cosas, y perverso» (Jeremías 17:9), recordó.
El obispo ilustró esta verdad con ejemplos cotidianos: jóvenes que se involucran en relaciones prematuras, padres que no planifican antes de tener hijos, personas que gastan sin pensar y caen en deudas. Todo, explicó, por actuar por impulso emocional. «Dios colocó la cabeza por encima del corazón. Ya con eso, Él está mostrando que debemos pensar antes de sentir», subrayó.
«El culto a Dios es un culto racional», dijo, insistiendo en que la fe no debe depender de lo que se siente. La presencia de Dios no se mide por emociones, sino por la certeza y la paz que trae consigo.
El mensaje del domingo fue una invitación a despertar, a aprovechar el tiempo de la visitación de Jesús, que es ahora. Porque, como recordó el obispo Franklin, «puede que no haya un mañana. La salvación es hoy».
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