Quizá estás hablando con el diablo y hasta ahora no lo sabes

El pasaje de Génesis, capítulo 3, en el que Eva conversa con satanás, por medio de la serpiente, nos trae un sinnúmero de aprendizajes sobre el campo espiritual de nuestra vida.

«El diablo es astuto, sagaz, mañoso en las palabras, siempre con la intención de engañar sutilmente», analizó el obispo Renato Cardoso.

El obispo agregó que el diablo es especialista en trabajar con medias verdades. Es decir, a partir de un poco de verdad, él distorsiona la información agregando una mentira. La gran experiencia de esa estrategia está en el hecho de que cuando la mentira es evidente, la persona lo nota rápidamente. Pero, en este caso, se vuelve difícil identificar la malicia. «La media verdad tiene mucho más peso. Por eso, es la herramienta preferida del padre de la mentira», complementó.

¿Cómo se aplica esto en tu vida?

Hoy en día, los espíritus malignos han adoptado la misma manera para abordar a las personas. «No hay problema de continuar esta adicción» o «no hay problema de que salgas con ese joven que conociste en la fiesta», son algunas de las ideas sembradas por el mal.

El mensaje siempre es lo opuesto a lo que Dios dice.

«Todo lo que el mal necesita es que acepte en su mente la posibilidad de lo contrario», aclaró el obispo, agregando que, así, la persona se abre al otro lado de la versión. Entonces, se instala la trampa.

Por lo tanto, el simple hecho de que la persona acepte la posibilidad que el diablo presenta, ya es suficiente para que el daño sea hecho. En el caso de Adán y Eva, nosotros ya sabemos las consecuencias de ese diálogo.

Hay personas que pasan el día conversando con el diablo, igual a Eva, y aún no se han dado cuenta. Él usa pensamientos, memorias, imaginaciones, amigos, internet, noticias y otros medios.

Por lo tanto, en lugar de conversar con el diablo, conversa con Dios. Medita en las Escrituras y practica lo que está escrito, ora y participa en las reuniones diarias que se llevan a cabo en la Universal más cercana a tu domicilio.