Frutos del árbol
«Pues cada árbol por su fruto se conoce. Porque los hombres no recogen higos de los espinos, ni vendimian uvas de una zarza.» (Lucas 6:44)
Una persona puede decir ser cristiana, pero cuando abre la boca para hablar queda claro qué existe en su interior, una fuente rebosante que edifica con espíritu vivificante o de un alma viviente que está lejos de Dios.
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