Fe probada
“… que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles” (1 Timoteo 3:9-10).
Después de entregar la vida en la Mano de Dios, la persona tiene su fe y pureza probadas. Entonces, si ella se muestra aplicada en las Ordenanzas de Dios, podrá tener la honra de hacer Su Obra.
Por Ester Bezerra
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