Fascinados por el mundo

«Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, este es el que oye la palabra, mas las preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto.» (Mateo 13:22).
Ellos son los que oyen y hasta aceptan la Palabra, pero no asumen la fe. Siguen fascinados por las cosas del mundo, quieren enriquecerse y divertirse mucho; por lo tanto, están divididos, con un pie allá y el otro aquí. Viven angustiados, vacíos y con poca fe.
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