Esto es lo que necesitas saber sobre la crucifixión de Jesucristo

Esto es lo que necesitas saber sobre la crucifixión de Jesucristo

Por Departamento Web

El Señor Jesús no vino al mundo para juzgar o condenar a las personas

La crucifixión del Señor Jesús es el punto más importante, no solamente de Su trayectoria como «Hijo del hombre», sino de toda la historia de la humanidad.

Toda la Biblia señala el día de ese acontecimiento, sobre todo, por medio de los profetas del Antiguo Testamento.

El profeta Isaías, por ejemplo, anunció: «Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por Su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas el Señor cargó en Él el pecado de todos nosotros» (Isaías 53:5-6).

Un plan divino de Salvación

En el momento previo a la crucifixión, Pilato intenta su última estrategia para salir de aquel punto muerto en el que estaba metido. Así que, delante del pueblo sediento por la sangre del Mesías «Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo?» (Mateo 27:22).

Este cuestionamiento nos hace pensar en la decisión que cada persona debe tomar cuando «descubre» la existencia del Señor Jesús: recibirlo o rechazarlo. No hay término medio. O es o no es.

Sabemos que la muerte y la resurrección de Cristo eran necesarias para que se cumpliera el plan de Salvación de la humanidad, elaborado por el Dios Padre.

No obstante, el acto injusto y malvado de aquellas personas, de torturar hasta la última gota de sangre inocente del Hijo del Altísimo —obviamente bajo la acción de los demonios—, simboliza la triste historia de los humanos contra el Creador. Un complot de rebeldía contra la voluntad Divina.

Al respecto, el obispo Edir Macedo analiza: «El Señor Jesús enfrentó la violencia de hombres brutales que no midieron esfuerzos para agredirlo. Golpes en el rostro, azotes de varas y latigazos que rasgaron Su carne fueron algunos flagelos que Él experimentó (Isaías 50:6). No podemos olvidar que el Hijo de Dios sufrió todo esto estando en un cuerpo humano, frágil y vulnerable como el nuestro. Es muy importante que nos acordemos de Su sacrificio y de Su dolor y tengamos la conciencia de que nuestros pecados fueron responsables de todo Su sufrimiento».

Allí, en la cruz, se arrojó toda la inmoralidad, el distanciamiento espiritual y el pecado que acompañan a la humanidad desde el Jardín del Edén, cuando Adán y Eva escucharon al diablo.

Tal como el apóstol Pablo señala: «Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados» (1 Corintios 15:21-22).

Igualmente, en el libro de Hebreos indica: «Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión» (Hebreos 9:22).

Es decir, fue exclusivamente por medio de la sangre del Señor Jesús, derramada en la cruz, que la humanidad encontró el perdón.

En relación con el significado de la sangre en el contexto bíblico, el obispo Macedo continúa: «El pago que el pecado exige es la vida del pecador, prueba de eso es que la muerte entró en la humanidad por la desobediencia de Adán. Al instituir la Ley, Dios determinó que la sangre del animal sacrificado sustituyera al transgresor que debía morir. La sangre es el mayor símbolo de la vida, pues fluye por todo el cuerpo llevando oxígeno y los nutrientes necesarios para el organismo. Estos sacrificios constantes del pasado preanunciaban el mayor sacrificio realizado en el mundo: la vida de un solo Hombre, el Señor Jesús, por la vida de todas las personas en todos los tiempos y en todas las generaciones».

Por lo tanto, el Señor Jesús no vino al mundo para juzgar o condenar a las personas. Sino para concederles la oportunidad de arrepentirse de sus errores, para que puedan habitar con Él en el Reino de los Cielos.

Si deseas aprender más sobre el mensaje de la cruz, participa en una de las reuniones de la Universal más cercana a tu domicilio.

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