“Era muy violento”

Me llamo Jorge Espinoza y quiero compartir mi historia.

Yo era un chico muy violento que llegó a caer en depresión por la vida sentimental y los problemas familiares. A pesar de que vivía con mi familia, me sentía solo, triste, incomprendido y con un gran vacío.
En ese entonces, mis amistades influyeron para que entrara al mundo de las drogas desde los 14 años. En un principio, empecé a consumir alcohol, cigarro y activo para olvidar todo y sentirme aceptado. Pero eso tuvo consecuencias, mi familia ya no me quería en casa por mi pésimo comportamiento, con esto me refiero a que llegué a agredir a mis padres y hermanos (los odiaba a todos).

Por otro lado, pensé en matarme; nunca lo intenté, pero tuve pensamientos de suicidio.
Conforme pasaron años, consumí drogas más fuertes: marihuana, cocaína y cristal. Me volví tan dependiente de la cocaína que perdí todo el dinero que ganaba en el trabajo, y no solo eso, mi cuerpo estaba sufriendo los daños, mi nariz comenzó a pudrirse por dentro.

A pesar de eso, seguí consumiendo más y más porque la sensación de estar bajo el efecto me fascinaba y hacía que olvidara todo; pero, cuando volvía a la realidad, me sentía infeliz y miserable, sin encontrarle sentido a la vida.
Por todo esto, no creía en Dios. Solía decir que solo creería si llegaba a verlo físicamente delante de mí…
Tiempo después, una amiga me invitó al Centro de Ayuda, el lugar en donde conocí a Dios. Ahí encontré verdaderos amigos que me aceptaron. Lo mejor fue cuando decidí entregarme a Él por completo, ya que comencé a tener la Paz que tanto buscaba y que las drogas nunca me dieron.
Dios actuó en mi vida: me quitó la depresión, me liberó de los vicios y llenó el vacío que tuve. Pero, lo más importante fue que me dio su Santo Espíritu.

Ahora soy feliz, ya no necesito de las drogas para sentirme bien, la relación con mi familia cambió para bien (a tal grado que Dios usó mi testimonio para llevar a mi familia a conocerlo de verdad) y me bendijo en la vida sentimental con una mujer de Dios.
La gratitud que tengo con Él es para servirlo y ayudar a más jóvenes que han pensado en quitarse la vida, tal como pasó conmigo.

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