En la era de la información, hay algo que necesitas saber

En la Biblia está escrito: «Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos.» (Hebreos 2:1).

Vivimos en un mundo que valora los datos. Cuando la persona despierta, hay varios mensajes en el celular esperando ser notados. Si la persona tiene duda sobre algún tema, investiga en internet. Hay quienes siempre están buscando una conferencia o un libro que enseñará algo innovador. Las personas están cada vez más sedientas de información.

«Ellas siempre están buscando algo que aún no saben o creen que si saben ganarán mucho dinero. “Yo seré feliz, voy a tener el conocimiento que no tenía”. Es el mismo deseo en el Jardín del Edén, el que la serpiente despertó en la mujer: “Cuando usted come del Árbol del Jardín, se volverá conocedor del bien y del mal”. Pero, el Texto Sagrado nos advierte a poner atención con más diligencia a las cosas que ya hemos escuchado. Es decir, a las cosas que ya sabemos, que ya nos fueron informadas», explicó el obispo Renato Cardoso.

Pon en práctica lo que ya sabes

El obispo agregó que debido a esta sed de más conocimiento, nos olvidamos de practicar lo que ya sabemos.

«Muchas personas se preocupan tanto por leer la Biblia, tomar un curso de Teología, leer libros sobre la Biblia. Pero cuando usted va a tamizar todo ese conocimiento que tienen, todo ese peso, usted no encuentra ni un gramo de práctica. ¿Qué es lo que Dios más quiere de nosotros? ¿Usted cree que Él quiere que nosotros decoremos capítulos y versículos y sepamos recitarlos de memoria? ¿O cree que Él prefiere que nos sepamos aunque sea un solo versículo, pero que lo pongamos en práctica?», analizó el obispo.

Después, explicó que la persona no necesita preocuparse por las partes difíciles de interpretar en la Biblia. Las que son claras, que no necesitan interpretación, ya son suficientes para que la persona se ocupe.

Por lo tanto, si nosotros no practicamos lo que ya conocemos, seremos culpables no por ignorancia, sino por desobediencia consciente. Y, de acuerdo con lo que el obispo explica, este es el peor pecado que existe, porque la persona sabe que está mal, sin embargo desprecia el mensaje de la cruz. Está rechazando a Dios. No obstante, es necesario estar alerta, porque el Día del Juicio vendrá.