El prudente y el insensato

En Mateo 7:24 el Señor Jesús dice: «Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca». El hombre prudente es aquel que piensa antes de tomar su propia decisión. Por eso no basta conocer o escuchar la Palabra, es necesario practicarla.

Todo el mundo quiere garantizar una casa para tener en dónde quedarse por toda su vida, pero en el fragmento, Jesús está hablando de una casa espiritual, un lugar eterno, pues lo que hay en este mundo es pasajero, un día todo caerá.

Las personas que construyen su vida espiritual basada en la Palabra de Dios, que la obedecen, cuando sufren por las intemperies de la vida, resisten —así como una casa firme en la rocha que resiste la lluvia, los vientos fuertes y la corriente de los ríos.

Jesús continúa diciendo en el versículo 26: «Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena». Estos son los que andan según sus sentimientos, sus emociones, que toman decisiones sin pensar. Ellos no quieren tener el trabajo de fundamentar la casa en algo sólido, quieren facilidades. Y, cuando las lluvias y los vientos llegan, esa casa se cae.

Quien sigue la voz del corazón no nota el riesgo que corre, ya que el sentimiento es corrupto, inestable, no tiene responsabilidad por sus propias actitudes. Si usted quiere tener éxito, sea sabio. Escuche y practique la Palabra de Dios. Obedezca Sus Mandamientos. No siga a las personas del mundo que viven de acuerdo con sus propias ideas. Dios no es culpable de la miseria en la vida de nadie. La decisión de ser sensato o insensato es solo suya.

Obispo Edir Macedo