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El pasado domingo 11 de mayo, durante el Santo Culto, el obispo Franklin Sanches explicó cuán importantes son las palabras del Señor Jesús en Mateo 6:33:
«Buscad primero Su Reino y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas».
La palabra giró en torno a una verdad fundamental: para que la vida de una persona se arregle, primero debe buscar el Reino de Dios. El obispo explicó que muchas personas viven al revés, buscando primero las añadiduras (salud, familia, prosperidad), y dejando lo esencial —el Reino— al final.
«Jesús nos dio la lección más importante para nuestra vida. Si nosotros queremos ser felices, tener una vida en paz, un matrimonio bonito, finanzas estables, salud… entonces tenemos que reordenar nuestra vida. Porque las personas quieren todas esas cosas, pero se olvidan que primero está el Reino», afirmó.
El obispo comparó este principio con la lógica de la construcción: no se empieza una edificación desde arriba, sino desde los cimientos. De igual forma, en la vida espiritual, el fundamento debe ser el Reino de Dios.
El Reino no es visible, es el Espíritu Santo
Apoyado en Lucas 17:20-21, el obispo enseñó que el Reino de Dios no es físico ni visible, sino que «el Reino de Dios está entre vosotros», o como dice otra versión bíblica, «dentro de vosotros».
«El Reino de Dios es el Espíritu Santo. Cuando Jesús dijo “busquen primero el Reino de Dios”, quiso decir “busquen primero ser llenos del Espíritu Santo”. Porque si el Espíritu Santo está dentro de mí, entonces yo paso a ser un ciudadano del Reino de Dios», explicó.
Reglas para entrar al Reino
El obispo comparó el Reino de Dios con casas, embajadas y aeropuertos: en todos los lugares hay reglas. Lo mismo ocurre en el Reino de Dios: para ingresar, uno debe sujetarse a sus leyes, lo que incluye abandonar el pecado y obedecer a Dios.
«Dios me acepta como pecador, no importa cuán sucio esté. Pero no quiere que yo continúe así. Yo tengo que decidir abandonar ese pecado. Quien no se somete a las reglas del Reino, no entra en él», enfatizó.
También explicó que pertenecer a la iglesia no es lo mismo que pertenecer al Reino de Dios.
«Puede estar dentro de la iglesia, pero fuera del Reino. Y Dios no tiene responsabilidad con quien no es parte de Su Reino. Pero si usted pertenece al Reino, entonces está bajo Su cuidado y Su protección», dijo el obispo.
En resumen, quien desea ser parte del Reino de Dios debe cumplir con los requisitos espirituales: fe, arrepentimiento y obediencia.
El sello del Reino: el Espíritu Santo
Citando Efesios 1:13-14, el obispo explicó que el Espíritu Santo es el sello y la garantía de que una persona ha sido adquirida por Dios y pertenece a Su Reino.
«Cuando Dios coloca el Espíritu Santo en nosotros, es como si dijera: lA partir de hoy tú eres parte de Mi Reino”. Y eso es lo que muchas personas no entienden. Están en la iglesia, pero no tienen ese sello», aseguró.
Una invitación al compromiso
El mensaje culminó con una invitación clara y directa: tomar una decisión de fe, dejar atrás el pasado y entrar verdaderamente en el Reino de Dios.
“No importa lo que usted haya hecho. Usted puede hoy enterrar su pasado y comenzar una nueva vida. Pero para eso necesita arrepentirse y entregarse a Jesús. Así, usted verá cómo su vida se transformará. Las luchas vendrán, pero usted tendrá la fe para vencerlas. Porque, como está escrito, “todas estas cosas os serán añadidas”», finalizó.
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