El obispo Macedo responde dudas sobre el bautismo
Una duda sobre el bautismo fue dejada por una internauta y aclarada por el obispo Edir Macedo en su página de Facebook:
“Tengo dos hijas y estoy separada, mi pastor me dice que yo no me puedo bautizar, no entendí el por qué…”
Vea lo que el obispo respondió:
“Usted si puede ser bautizada. A partir del momento en el que usted quiere morir para el mundo y vivir por la fe en la Palabra del Señor Jesús, usted puede ser bautizada. Hoy mismo puede hacerlo”
Tal vez, al igual que esta internauta, usted también tiene muchas dudas con respecto al bautismo en las aguas y es muy importante que estas sean resueltas para que no impidan su entrega total a Dios.
Y la única manera de disipar cualquier duda es teniendo pleno conocimiento y entendimiento de lo que la Palabra de Dios dice al respecto:
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” Hechos 2:38
Es decir, el único criterio exigido por Dios para el bautismo en las aguas es que haya habido un arrepentimiento sincero y, obviamente, la decisión de abandonar el pecado.
Significado del bautismo en las aguas
El bautismo tiene precisamente el propósito de sepultar la vieja criatura. Todos los errores cometidos, hasta entonces, quedan sumergidos en las aguas. A partir de ahí se pasa a tener una nueva vida.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” 2 Corintios 5:17
Por lo tanto, no importa quién es usted, lo que usted hizo o dejo de hacer.
Si, de hecho, usted desea asumir un compromiso con Dios por medio del bautismo en la aguas
El mismo criterio vale para participar de la Santa Cena. Si dentro de usted ya hubo una decisión de abandonar el pecado usted puede participar. Pero debe lo mas pronto posible bajar a las aguas.
Para profundizar más sobre cuestiones de la vida cristiana, entre diariamente al portal universal.org.mx y siga el blog del obispo Edir Macedo.
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