“El lugar que juré no pisar fue donde más me ayudaron”

“Desde que era pequeña, mis padres visitaban brujos y casas de limpias; la intención siempre fue que estuviéramos bien, pero sucedía lo contrario: me aparecían enfermedades de las cuales los médicos no encontraban el origen. Además, me deprimía y me daban ataques de pánico.

En la adolescencia, esto fue peor: iba a fiestas con el fin de olvidar mis contrariedades y, ‘para ayudarme’, ingería bebidas alcohólicas; sin embargo, al pasar el efecto, mis malestares aumentaban.

Entre las enfermedades que me aparecieron estuvieron llagas en mi piel, — que brotaron en todas partes de mi cuerpo —, un absceso en mi ojo e inflamación debajo de mis senos. Pese a diversos estudios y análisis nunca supieron qué tenía exactamente.

Mi mamá me invitó a la Universal; en un principio, me rehusaba a ir y decía: ‘¡a ese lugar no iré!’. Al final, mis problemas quebraron mi orgullo y acudí. Estando en la Presencia del Señor Jesús, todo tomó un rumbo distinto.

Las predicas me ayudaron a activar mi fe, el Espíritu de Dios me dirigió para darle solución a cada problemática. No fue cosa de magia, fue cuestión de fe, de entrega y de obediencia a la Palabra de Dios.

Mi presente es distinto: no tengo depresión ni ataques de pánico, no hay llagas en mi piel, tampoco inflamación en mis senos, mi ojo está muy bien… ¡soy una mujer sana! Ya no necesito de fiestas ni de alcohol para sentirme feliz y ahora mi dinero me rinde. Antes me negaba a venir a la Universal y ahora no hay quién me saque de aquí”, Araceli.

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Ayuno de los Casos Imposibles
Sábado a las 8am, 10am, 12pm, 3pm y 7pm