“El Espíritu Santo transformó mi mente y mi forma de ser”
“Gracias a que Dios que me llenó de Su Presencia, ya que dejé de ser depresiva y se terminaron mis frustraciones por las carencias que tuve desde niña: no teníamos ni para comer y aunque, más grande, me metí a trabajar con la ilusión de salir adelante, no me alcanzaba el dinero.
Por otra parte, mi pareja me pegaba, sufría violencia, me humillaba, me corría de la casa y caí en depresión, llorar en las calles era mi consuelo. Creí que nunca realizaría mis sueños, me sentía sin valor, triste, incapaz y en soledad por mucho que estuviera acompañada.
En el Centro de Ayuda Universal, escuché hablar de la Hoguera Santa y confiando en la Palabra de Dios, la bendición llegó enseguida, pues los golpes y las humillaciones se acabaron. En otro propósito de fe, le pedí a Dios por mi vida económica y, al poco tiempo, ya contaba con una casa propia.
Pero para transformar mi ser me faltaba entregar el odio, la tristeza, el rencor y todo lo que me había pasado, en pocas palabras, mi vida entera. En cuanto recibí la Presencia de Dios, me sentí segura y plena. Me abrió muchas puertas en todos los aspectos, me volví más osada, incluso me casé con un hombre de mi misma fe que me cuida, me ama y me respeta.
He salido de viaje, conocí lugares que nunca imaginé, pude obtener un auto y una casa, pero la bendición más grande que he recibido es Su Presencia, ¡no la cambiaría por nada!”, Angélica Rosas.
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