Él es la Roca
«El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!» (Salmos 18:2).
Conocer verdaderamente al Señor es estar con la vida fundamentada en la Roca. Es sentirse seguro y fortalecido. Nada le derriba, puede estar pasando por tempestades, pero sigue confiando en su Dios Libertador, disfrutando de la salvación al refugiarse en la obediencia a Su Palabra, que lo pone en el Alto Refugio de Su Reino de Paz.
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